Hoy te traigo un secreto que casi nadie conoce y si no es así, no se atreve a practicarlo en sus discursos públicos porque requiere convicción, seguridad y valentía.

Pero antes de confesártelo, me gustaría lanzarte una pregunta:

¿Qué es lo que genera más magnetismo en tu speech o discurso?

Puede que pienses en la actitud ante tu público, la entonación declamativa de tus palabras, el contacto visual con tus oyentes, o incluso una personalidad arrolladora y motivadora.

Evidentemente que estos son factores ineludibles, pero lo que realmente atrapa y genera un magnetismo con potencia es algo muy sencillo, tanto, que cuesta creerlo.
Lo que verdaderamente engancha a la audiencia a lo largo de un speech o discurso es
TACHÁN TACHÁN!

EL SILENCIO

Así es, a mí también me dejó medio muerta cuando descubrí el poder evocador del silencio. Ojo, un silencio bien colocado, bien medido y bien pautado.

Hoy te traigo unos cuantos trucos para que lo uses a conciencia mientras explicas la materia en la que eres especialista a tus seguidores.

En primer lugar, el silencio no se usa como algo baladí porque puede interpretarse que estás insegura o que no dominas lo que estás explicando. En cambio, un silencio bien usado, otorga claridad, precisión y potencia discursiva.

Te traigo tres ejemplos prácticos para usar el silencio a tu favor:

1- Introduce una pregunta a la audiencia sobre tu temática para arrancar el discurso e inmediatamente deja un silencio de dos-tres segundos manteniendo la vista fijada en ella. Por ejemplo, si estás hablando sobre alimentación, por poner un caso, di: ¿Sabéis cuál es el mejor aliado para vuestra salud a parte del deporte? Dejas el silencio, y respondes a tu propia pregunta. Aquí el silencio interpela directamente al oyente y lo hace partícipe de la charla. Tampoco se trata de atiborrarlo a preguntas pero sí dejar espacio para que ellos estén activos en la charla.

2- Cuando vayas a revelar un secreto de tu temática, no acabes la frase respondiendo rápidamente, deja un espacio de silencio de dos-tres segundos antes de proseguir para generar atención en el ambiente. Verás que la atmósfera se pone tensa y la gente querrá seguir escuchando. No hay nada más poderoso que un silencio que luego desvela una información esperada por tu oyente.

3- Otra manera de usar el silencio a tu favor es decir una frase potente que nadie se espera. Puede ser una reflexión, una cita, o parafrasear a alguien entendido en la materia. Pregunta entonces qué quiere decir exactamente esa frase antes de reexplicarla con tus propias palabras. Entonces deja un silencio de tres-cuatro segundos mientras miras directamente a tus oyentes, implicándolos en la pregunta y la reflexión. Sin duda, no dejarás a nadie indiferente.

Como ves, el silencio es un arma que si sabes cómo y cuándo usarla, puede darte un poderío interesante en tus speeches.

Te invito a que lo practiques siempre que puedas. Al principio lo que puede parecer incómodo, luego se te dará como una herramienta poderosa para generar magnetismo y atención a tu manera de explicarte delante de tu audiencia.

Cuéntame si ya lo haces y si no, qué es lo que te resulta incómodo y por qué aún no te atreves a practicarlo. Te leo y te escribo de vuelta con un poco de ayuda.